¿El diseño cuenta con una estructura teórico-metodológica suficiente como para considerarlo una disciplina? Veamos a continuación diferentes posturas al respecto. Gamoyal Arroyo (2012) sugiere «la necesidad de aplicar una metodología científica en el Diseño».
«Generalmente los diseñadores son reacios a seguir métodos pues consideran que éstos coartan su libertad creativa. Pero lo cierto es que seguirla asegura unos mejores resultados porque los diseñadores cuentan con más información para ayudarles a tomar decisiones más acertadas, sin dar lugar a la improvisación».Gamoyal1
Gamoyal justifica uso de técnicas de investigación por parte del diseñador con los siguientes argumentos:
- Ayudan a conocer mucho mejor al usuario o al público para el que está dirigido un producto.
- Sustentan y justifican las decisiones tomadas por el diseñador, es decir, introducen rigor.
- Minimizan el riesgo de cometer errores o asumir conclusiones precipitadas.
- Pueden revelar situaciones de uso o tipos de usuarios inicialmente no previstos.
- Permiten testear el diseño antes de fabricarlo.2
Por otra parte Herrera Batista (2010) sugiere que: «El diseño como disciplina académica es relativamente joven. En este sentido, su fortalecimiento como área de conocimiento y escenario para la investigación se encuentra en proceso de consolidación. Por ahora frecuentemente se mira al diseñador como una persona práctica, que desarrolla soluciones creativas a problemas y necesidades específicos, pero no se le considera un investigador capaz de generar conocimiento científico».3
Sheila Pointis (2009) afirma que: «Una de las causas de la falta de teoría en el diseño gráfico es la característica de ser una carrera creativa, donde la intuición tiene un papel muy importante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los proyectos de diseño siguen una lógica estructural, que se evidencia en la resolución de proyectos de una misma tipología de diseño. Al comenzar un proyecto nuevo el diseñador sigue una lógica conceptual que luego traduce gráficamente hasta llegar al producto final».4
La ausencia de una estructura teórico metodológica del diseño es el argumento de aquellos que consideran que no es disciplina. Norberto Chaves sostiene que «el diseño, como tal, no constituye ningún campo objetual, no es un género de la cultura, sino una fase de la producción material».5
Toledano y Rogel (2012) afirman que «el diseño se ha posicionado como una disciplina proyectual que no sólo desarrolla objetos, espacios o comunicaciones, sino una forma de contextualizar, interpretar […] y con la capacidad de desarrollar conocimiento a través de su análisis y su práctica».6 Chaves dice que «el diseño sólo selecciona y combina elementos preexistentes fuera de su práctica» y enuncia que el diseñador debe buscar en el contexto social códigos vigentes entre técnicos, materiales, de uso y comportamiento e incorporarlos porque su «disciplina» no se los provee.
Rodríguez Álvarez (2012) que cita a Rodríguez Morales (2004) afirma que «debemos hacer un esfuerzo para desarrollar una teoría sólida del diseño, pues esta es un pre-rrequisito para formar una disciplina». Por otro lado, Gamonal Arroyo (2012) al manifestar la necesidad que el diseño tiene de una metodología científica, subraya que «los proyectos de Diseño son cada vez más complejos y se hace necesario seguir una metodología para afrontar su proceso e intentar que los resultados se aproximen lo máximo posible a los objetivos propuestos».7
Académicos que desde las humanidades y ciencias sociales realizan investigaciones en torno del diseño y que estudian desde la antropología cultural la artesanía indígena en México, han logrado proponer un nuevo discurso entre el proceso creativo y principios de diseño, pues se ha logrado exponer el proceso creativo de elaboración de la artesanía a partir del diseño en su forma, color, armonía, contraste, operaciones que se instalan en herramientas metodológicas para generar un nuevo discursivo que amalgama los principios del diseño con la antropología; es decir, el método etnográfico. Al respecto Gamonal Arroyo, dice que «Se trata de un método cualitativo que procede de la Antropología y que permite al diseñador comprender el comportamiento del usuario. Basándose en la observación de las personas y su interacción con otras de su mismo grupo y su entorno, consigue obtener datos e información sobre el comportamiento, las creencias y las preferencias de los usuarios a los que va dirigido un diseño. El diseñador se convierte en un investigador etnográfico introduciéndose en la vida cotidiana de un grupo de personas a las que observa. Tomando notas de todo aquello que realizan, después analiza y saca conclusiones para el desarrollo de su diseño».8
García y Ariza (2015) agregan que «La discusión en la antropología de la cultura, así como las posiciones teóricas y conceptuales (abordadas brevemente) de los objetos que son producto de diseño, tienen la intención de explicar o aproximarse a la artesanía tarahumara observada como objeto de diseño» que explican en el trabajo; y agregan que «Es pertinente situar la posición antropológica en que se ubica la artesanía, pues no puede abordarse únicamente como un objeto ordinario porque se estaría desvinculado al grupo tarahumara de la creatividad, la estética y la funcionalidad implícita en su artesanía mirada desde el diseño. Se pretende, además, explicar la articulación entre funcionalidad y estética que logran los estudiantes de diseño, al amalgamar un objeto dotado de características estéticas representadas en la forma, color, contraste y armonía, y la funcionalidad que podría lograrse al agregar identidades y envases para su comercialización».9
Al hacer su definición Norberto Chaves aclara que «excluye la producción artesanal, donde ambos estadios (la prefiguración y la fabricación) se funden en un solo acto. Pero incluye prácticamente a toda forma y campo productivo en que el proyecto sea pre-condición inexcusable de la producción material; exigencia universal en la producción industrial».10
Conclusiones
El dialogo que el diseño desarrolla con otros conocimientos es para aprovechar la estructura teórica conceptual de otras disciplinas para desarrollarlas como metodologías de trabajo en el proceso de investigación en diseño. Norberto Chaves sugiere que «estas “metodologías” sólo reflejan ciertos y determinados procesos seguidos en ciertos y determinados campos temáticos del diseño: no existe gráfico alguno que pueda corresponder a todas las prácticas oficialmente caracterizables como de diseño. O sea, la “metodología de diseño” así, a secas, sin definición de objeto, es una construcción imaginaria».11
De acuerdo a la postura de Chaves en el sentido de que no es necesaria una «caja teórico-conceptual» que ciña al diseño, se comprende entonces que la flexibilidad del diseño ha logrado un dialogo permanente con otros conocimientos como: la antropología, la sociología, la historia, la filosofía, la educación, etc. Este tipo de dialogo muestra la versatilidad del diseño para asociarse con otras disciplinas, pese a que todavía sigue en discusión si requiere de una estructura teórico-conceptual para que pueda considerarse como disciplina.
- Autor
- Rutilio García Pereyra
- Fuente: https://foroalfa.org/articulos/el-dialogo-del-diseno-con-otras-teorias-del-conocimiento
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